Mindfulness Vitoria-Gasteiz
Dejar ir» no significa dejar de cuidar, significa que no puedo hacerlo por otra persona.
«Dejar ir» no es aislarme, es darse cuenta que no puedo controlar a otro.
«Dejar ir» no es permitir, sino reconocer el aprendizaje de las consecuencias naturales.
«Dejar ir» es admitir la impotencia, que significa que el resultado no esta en mis manos.
«Dejar ir» no es tratar de cambiar o culpar a otro, es sacar lo máximo de mi mism@.
«Dejar ir» no es cuidar, sino atender.
«Dejar ir» no es reparar, sino ser de apoyo.
«Dejar ir» no es juzgar, sino permitirle a otro que sea un ser humano.
«Dejar ir» no es estar en el medio arreglando todos los resultados, sino permitir a otros que influyan en sus propios destinos.
«Dejar ir» no es ser protector, es permitir a otro que enfrente la realidad.
«Dejar ir» no es negar, sino aceptar.
«Dejar ir» no es regañar, reprender o discutir, sino buscar mis propios defectos y corregirlos.
«Dejar ir» no es ajustar todo a mis deseos, sino tomar cada día como viene y apreciarme a mi mismo en el.
«Dejar ir» no es lamentar el pasado, sino crecer y vivir para el futuro.
«Dejar ir» es temer menos y Amar mas.
Louise Hay
EL PODER ESTA EN TÍ
«Cuando alguien muere, lo primero que hay que hacer es … Nada. No salgas corriendo, solo llama a la enfermera. No cojas el teléfono. Respira hondo y permanece presente a la magnitud del momento. Hay una gracia de estar muy cerca, tomándole de la mano a alguien a quien amas, mientras hace su transición fuera de este mundo. Es este el momento donde toma su último aliento, y exhala su último suspiro. Hay una sensación sagrada, increíble en el espacio. donde se abre el velo entre dos mundos.
Estamos tan desprevenidos y sin entrenamiento en cómo lidiar con la muerte, que a veces un tipo de respuesta de pánico entra. «Está muerto»!! Sabíamos que iban a morir, así que estar muerto no es una sorpresa.
No es un problema para resolver. Es muy triste, pero no es causa de pánico. Si acaso, su muerte es causa de respirar profundo, detenerse y estar realmente presente en lo que está sucediendo.
Si estás en casa, tal vez saca la tetera y prepara una taza de té. Vuelve a entrar en la habitación, y siéntate en cualquier lugar, solo hazte presente en la experiencia del momento y contempla a tu ser amado.
¿Qué está pasando para ti?
¿Qué podría estar pasando para quien que ha trascendido?
¿Qué otras presencias están aquí que podrían estar apoyándole en su camino?
Sintoniza toda la belleza y la magia. La pausa le da a tu alma la oportunidad de ajustarse, porque no importa lo preparados que estemos, una muerte sigue siendo un shock.
Si realizamos acciones directamente en modo «hacer algo por hacer» o llamamos al Doctor, o llamamos al hospital, o llamamos a la funeraria, o llamamos a algún otro pariente, nunca tendremos la oportunidad de absorber la enormidad del evento.
Date cinco minutos, o 10 minutos, o 15 minutos, o el tiempo que sea necesario sólo para estar, para ser. Nunca volverás a tener ese tiempo de vuelta si no lo tomas ahora.
Después de eso, haz la cosa más pequeña que puedas. Llama a la persona que necesita ser llamada. Participa con cualquier persona que necesite estar involucrada, pero haz que se comprometan al nivel más mínimo, en silencio.
Muévete lentamente, porque este es un período en el que es fácil para el cuerpo y el alma separarse. Nuestros cuerpos pueden avanzar hacia adelante, pero a veces nuestras almas las han alcanzado. Si tienes la oportunidad de estar tranquilo y estar presente, tómala. Acepta, aclimata y ajusta a lo que está pasando. Entonces, se cómo el tren, que comienza a rodar, y todas las cosas que suceden después de una muerte, estarán mejor preparadas.
Vuelve a observar su rostro de frente, contémplalo, y de repente, respira profundamente, después de un rato, cierra tus ojos y vuelve a respirar, invócalo, siéntelo, y deséale buen viaje. Tienes que hacerlo ahora. Ya tendrás la oportunidad de recuperar el aliento más tarde. Estar presente en los momentos después de la muerte es un regalo increíble para ti mismo, es un regalo para las personas con las que estás, y es un regalo para la persona que acaba de morir. Solo están a muy cercana distancia. Están empezando su nuevo viaje en el mundo sin un cuerpo. Si mantienes un espacio tranquilo alrededor de su cuerpo, y en la habitación, se marchará de la manera más hermosa. Es un servicio a ambos lados del velo. “
Alejandro Jodorowsky
«Camina como si estuvieras besando la tierra con tus pies.»
“Bebe tu té lentamente y con reverencia, como si fuera el eje sobre el que gira la Tierra. Bébelo poco a poco, serenamente, sin correr hacia el futuro. Vive el momento presente. Sólo este momento es la vida.»
«Si tocas una cosa con conciencia profunda, tocas todo.»
“La conciencia es como el sol, cuando brilla sobre las cosas, éstas se transforman.”
«Medita hasta que desaparezca cada reproche y cada odio, y la compasión y el amor inunden tu corazón como un pozo de agua fresca.»
«La cantidad de felicidad que tienes en tu vida depende de la cantidad de libertad que tienes en tu corazón.»
«Ojalá el jardín de tu corazón despierte con cientos de flores.»
«Haremos la paz con nuestra capacidad para sonreír, respirar y ser paz.»
«Con tu sonrisa, haces el mundo más bello.»
(Thich Nhat Hanh)
Para reflexionar….Tendrás paciencia para leerlo…?
Cuentan que un taxista de Nueva York llegó a la dirección y tocó el claxon. Después de esperar unos minutos volvió a tocar el claxon. Como esa iba a ser la última carrera de su turno, pensó en marcharse, pero en su lugar, estacionó el automóvil y caminó hacia la puerta y llamó… «Un minuto», respondió una fragil voz de anciana. El taxista oyó algo que se arrastraba a través de la puerta.
Después de una larga pausa, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de unos 90 años estaba de pie ante el taxista. Llevaba un vestido estampado y un sombrero con un pequeño velo, como alguien sacado de las películas de los años 40.
A su lado había una pequeña maleta de nylon. El apartamento parecía que no había sido habitado durante años. Los muebles estaban cubiertos con sábanas.
No había relojes en las paredes, ni utensilio en los mostradores. En el rincón había una caja de cartón llena de fotos y cristalería.
«¿Sería tan amable de llevarme la maleta al coche?», dijo. El taxista llevó la maleta al taxi y regresó para ayudar a la anciana.
Ella se agarró a su brazo y lentamente caminaron hacia la acera.
La anciana no paraba de agradecer la amabilidad del taxista. «No es nada», le dijo «Solo intento tratar a mis clientes del modo en que me gustaría que trataran a mi madre».
«Oh, usted es un buen muchacho», dijo ella. Cuando se metieron en el taxi, ella le dio una dirección y entonces le preguntó al taxista: «¿Le importaría llevarme por el centro?»
«No es el camino más corto», respondió rápidamente el taxista.
«Oh, no me importa», dijo ella, «No tengo ninguna prisa. Voy de camino a un asilo».
El taxista miró por el retrovisor. Los ojos de la anciana brillaban. «No me queda familia ninguna», prosiguió con una suave voz. «El médico dice que no me queda mucho tiempo.» El taxista extendió el brazo lentamente y paró el taxímetro.
«¿Qué ruta quiere que tome?», preguntó.
Durante las siguientes dos horas, dieron vueltas por la ciudad. Ella le enseñó al taxista el edificio donde años atrás había trabajado de ascensorista.
Pasaron por el barrio donde ella y su esposo había vivido de recién casados. La anciana le hizo parar frente a un almacén de muebles que una vez había sido un salón de baile en el que ella había bailado de niña.
Algunas veces, la anciana le pedía que aminorara la marcha enfrente de algún edificio o esquina en concreto y se quedaba mirando fijamente en la oscuridad sin decir nada.
Cuando el primer esbozo de los rayos de sol aparecían por el horizonte, ella dijo de repente: «Estoy cansada. Vámonos ya».
El taxista condujo en silencio hacia la dirección que ella le había dado. Era una edificio bajo, como un pequeño sanatorio, con una camino de entrada que pasaba por debajo de un pórtico.
Dos camilleros salieron tan pronto como paramos. Eran solícitos y resueltos, observando cada movimiento de ella. Debían de haber estado esperándola.
El taxista abrió el maletero y llevó la maletita hasta la puerta. La mujer ya estaba sentada en una silla de ruedas.
«¿Qué le debo?», preguntó buscando en el monedero.
«Nada», dijo el taxista.
«Por favor, tiene que ganarse la vida», respondió ella.
«Hay más clientes», respondió el taxista.
Casi sin pensar, el taxista se inclinó y le dio un abrazo. Ella se abrazó a el fuertemente.
«Usted ha dado a una vieja un pequeño momento de alegría», dijo ella. «Gracias».
El taxista caminó hacia la tenue luz de la mañana… Detrás de él se cerró una puerta. Fue el sonido del cierre de una vida.
El taxista no recogió ningún cliente más en aquel turno. Condujo sin dirección alguna sumido en sus pensamientos. Durante el resto de aquel día, apenas pudo hablar. ¿Qué hubiera ocurrido si a aquella señora le hubiese tocado un taxista furioso o impaciente por terminar el turno? ¿Qué hubiera ocurrido si él se hubiera negado a hacer la carrera o si solo hubiese tocado el claxon una vez y se hubiera marchado?
Entonces pensó que no había hecho nada más importante que aquello en su vida.
Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas giran alrededor de grandes momentos.
Pero los grandes momentos muchas veces nos pillan desprevenidos y por sorpresa, envueltos maravillosamente en lo que otras personas considerarían un momento sin importancia.
Desconozco el autor.
💗💗💗
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1. Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias: La Paz Mental y la Paciencia son tus mejores aliados durante las crisis. Conquistar estos atributos es parte de tu evolución espiritual.
2. Evita juzgar a las demás personas: Tu percepción del mundo exterior es parte de tu mundo interior. Cuando hablas mal de los demás, estás hablando mal de ti mismo. Les haces daño y te haces daño a ti mismo. Por lo tanto, ámalos y ámate.
3. Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan: A lo que te resistes, persiste. Si te enfocas en lo negativo, lo harás crecer. Si te enfocas en lo positivo, también lo harás crecer. Entonces, ¿qué eliges?
4. Mantente quieto, no es que sea malo luchar, pero recuerda que sólo es una prueba: Estás pagando viejas deudas por viejas acciones. Por lo tanto, acéptalo y déjalo fluir. Mientras más persistas en pie, en calma y aceptación, más habrás limpiado tu karma.
5. Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!: Los pensamientos son cosas. La realidad está creada por tu pensamiento y el pensamiento colectivo. Cambia tu mente y cambiarás tu realidad.
6. Perdona, suelta, y libera: Tal vez sea difícil, pero es necesario. Estos sentimientos negativos son los que sostienen el ciclo del karma. Alguien tiene que romperlo, comienza a hacerlo tú!
7. Habla siempre en positivo: Las palabras también forman la realidad, tanto la tuya como la de los demás. Ten cuidado con lo que dices, sé afirmativo positivo y elige muy bien cada palabra.
8. Medita por lo menos dos veces al día ( 5 minutos sería un muy buen comienzo): Es la mejor forma de calmar la mente y tomar contacto con tu ser espiritual.
9. Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos: Lo que existe en tu mente se manifestará en tu realidad. Crea esa realidad tanto para ti como para tus seres queridos, estarás creando felicidad y sumarás dharma.
10. Otorga Amor sin importar lo que recibas: El Amor construye. El Amor sana. El Amor restaura. El Amor es una elección, no una reacción. Da Amor, serás más feliz haciéndolo y ganarás en Dharma.
10 LEYES PARA ELEVAR TU FRECUENCIA
1. Aprende a guardar silencio en los momentos de mayores turbulencias: La Paz Mental y la Paciencia son tus mejores aliados durante las crisis. Conquistar estos atributos es parte de tu evolución espiritual.
2. Evita juzgar a las demás personas: Tu percepción del mundo exterior es parte de tu mundo interior. Cuando hablas mal de los demás, estás hablando mal de ti mismo. Les haces daño y te haces daño a ti mismo. Por lo tanto, ámalos y ámate.
3. Enfoca tu atención sobre las cosas que más te agradan: A lo que te resistes, persiste. Si te enfocas en lo negativo, lo harás crecer. Si te enfocas en lo positivo, también lo harás crecer. Entonces, ¿qué eliges?
4. Mantente quieto, no es que sea malo luchar, pero recuerda que sólo es una prueba: Estás pagando viejas deudas o consecuencias por viejas acciones. Por lo tanto, respira, acéptalo y déjalo fluir. Mientras más te mantienes en calma y aceptación, más habrás limpiado tu karma.
5. Ten esperanza, lo que parece real es sólo un mal pensamiento producto de tu imaginación. ¡Cámbialo!: Los pensamientos son cosas. La realidad está creada por tu pensamiento y el pensamiento colectivo. Cambia tu mente y cambiarás tu realidad.
6. Perdona, suelta, y libera: Tal vez sea difícil, pero es necesario. Estos sentimientos negativos son los que sostienen el ciclo del karma. Alguien tiene que romperlo, comienza a hacerlo tú!
7. Habla siempre en positivo: Las palabras también forman la realidad, tanto la tuya como la de los demás. Ten cuidado con lo que dices, sé afirmativo positivo y elige muy bien cada palabra.
8. Medita por lo menos dos veces al día ( 5 minutos sería un muy buen comienzo): Es la mejor forma de calmar la mente y tomar contacto con tu ser espiritual.
9. Visualiza situaciones agradables para ti y todos tus seres queridos: Lo que existe en tu mente se manifestará en tu realidad. Crea esa realidad tanto para ti como para tus seres queridos, estarás creando felicidad y sumarás dharma.
10. Otorga Amor sin importar lo que recibas: El Amor construye. El Amor sana. El Amor restaura. El Amor es una elección, no una reacción. Da Amor, serás más feliz haciéndolo y ganarás en Dharma.
El amor es gratis…
Ser feliz también.!
Un audiolibro para escucharlo muchas veces en tu camino de vida.
Gracias, gracias, gracias Anthoni De Mello.
Categoría: Agradecimiento , Autoconocimiento , Lecturas, artículos, libros , Perlas de sabiduría , Sin categoría , Vive la vida
Alguien le preguntó al sabio Chanakya, también llamado Kautilia:
¿Qué es veneno?
El sabio contestó: Cualquier cosa que sea más de lo que necesitamos, es veneno. Puede ser poder, riqueza, hambre, ego, codicia, pereza, lujuria, ambición, odio o cualquier otra cosa.
¿Qué es el miedo?
El miedo es la no aceptación de la incertidumbre. Si la aceptamos, la incertidumbre se convertirá en una aventura.
¿Qué es la envidia?
La envidia es la no aceptación de lo bueno que hay en los demás. Si aceptáramos lo bueno que hay en los demás, entonces se convertiría en inspiración.
¿Qué es la ira?
La ira es la no aceptación de las cosas que están fuera de nuestro control. Si las aceptamos, entonces se convertirá en tolerancia.
¿Qué es el odio?
El odio es la no aceptación de otra persona por su forma de ser. Si aceptáramos a las personas de una forma incondicional, entonces se convertiría en amor.
Por lo tanto, todo es cuestión de aceptación.
Si nos resistimos a aceptar, eso nos creará estrés, en cambio, la aceptación nos libera del estrés.
(Perdón , Amor y Gratitud por Uno Mismo es la Clave )
Tomado de la Red.