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DEJAR IR

Dejar ir» no significa dejar de cuidar, significa que no puedo hacerlo por otra persona.

«Dejar ir» no es aislarme, es darse cuenta que no puedo controlar a otro.

«Dejar ir» no es permitir, sino reconocer el aprendizaje de las consecuencias naturales.

«Dejar ir» es admitir la impotencia, que significa que el resultado no esta en mis manos.

«Dejar ir» no es tratar de cambiar o culpar a otro, es sacar lo máximo de mi mism@.

«Dejar ir» no es cuidar, sino atender.

«Dejar ir» no es reparar, sino ser de apoyo.

«Dejar ir» no es juzgar, sino permitirle a otro que sea un ser humano.

«Dejar ir» no es estar en el medio arreglando todos los resultados, sino permitir a otros que influyan en sus propios destinos.

«Dejar ir» no es ser protector, es permitir a otro que enfrente la realidad.

«Dejar ir» no es negar, sino aceptar.

«Dejar ir» no es regañar, reprender o discutir, sino buscar mis propios defectos y corregirlos.

«Dejar ir» no es ajustar todo a mis deseos, sino tomar cada día como viene y apreciarme a mi mismo en el.

«Dejar ir» no es lamentar el pasado, sino crecer y vivir para el futuro.

«Dejar ir» es temer menos y Amar mas.

Louise Hay
EL PODER ESTA EN TÍ


CUANDO ALGUIEN MUERE…

«Cuando alguien muere, lo primero que hay que hacer es … Nada. No salgas corriendo, solo llama a la enfermera. No cojas el teléfono. Respira hondo y permanece presente a la magnitud del momento. Hay una gracia de estar muy cerca, tomándole de la mano a alguien a quien amas, mientras hace su transición fuera de este mundo. Es este el momento donde toma su último aliento, y exhala su último suspiro. Hay una sensación sagrada, increíble en el espacio. donde se abre el velo entre dos mundos.

Estamos tan desprevenidos y sin entrenamiento en cómo lidiar con la muerte, que a veces un tipo de respuesta de pánico entra. «Está muerto»!! Sabíamos que iban a morir, así que estar muerto no es una sorpresa.

No es un problema para resolver. Es muy triste, pero no es causa de pánico. Si acaso, su muerte es causa de respirar profundo, detenerse y estar realmente presente en lo que está sucediendo.

Si estás en casa, tal vez saca la tetera y prepara una taza de té. Vuelve a entrar en la habitación, y siéntate en cualquier lugar, solo hazte presente en la experiencia del momento y contempla a tu ser amado.
¿Qué está pasando para ti?
¿Qué podría estar pasando para quien que ha trascendido?
¿Qué otras presencias están aquí que podrían estar apoyándole en su camino?
Sintoniza toda la belleza y la magia. La pausa le da a tu alma la oportunidad de ajustarse, porque no importa lo preparados que estemos, una muerte sigue siendo un shock.
Si realizamos acciones directamente en modo «hacer algo por hacer» o llamamos al Doctor, o llamamos al hospital, o llamamos a la funeraria, o llamamos a algún otro pariente, nunca tendremos la oportunidad de absorber la enormidad del evento.

Date cinco minutos, o 10 minutos, o 15 minutos, o el tiempo que sea necesario sólo para estar, para ser. Nunca volverás a tener ese tiempo de vuelta si no lo tomas ahora.
Después de eso, haz la cosa más pequeña que puedas. Llama a la persona que necesita ser llamada. Participa con cualquier persona que necesite estar involucrada, pero haz que se comprometan al nivel más mínimo, en silencio.

Muévete lentamente, porque este es un período en el que es fácil para el cuerpo y el alma separarse. Nuestros cuerpos pueden avanzar hacia adelante, pero a veces nuestras almas las han alcanzado. Si tienes la oportunidad de estar tranquilo y estar presente, tómala. Acepta, aclimata y ajusta a lo que está pasando. Entonces, se cómo el tren, que comienza a rodar, y todas las cosas que suceden después de una muerte, estarán mejor preparadas.

Vuelve a observar su rostro de frente, contémplalo, y de repente, respira profundamente, después de un rato, cierra tus ojos y vuelve a respirar, invócalo, siéntelo, y deséale buen viaje. Tienes que hacerlo ahora. Ya tendrás la oportunidad de recuperar el aliento más tarde. Estar presente en los momentos después de la muerte es un regalo increíble para ti mismo, es un regalo para las personas con las que estás, y es un regalo para la persona que acaba de morir. Solo están a muy cercana distancia. Están empezando su nuevo viaje en el mundo sin un cuerpo. Si mantienes un espacio tranquilo alrededor de su cuerpo, y en la habitación, se marchará de la manera más hermosa. Es un servicio a ambos lados del velo. “

Alejandro Jodorowsky


TEMÍA…

Temía estar solo…hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar… hasta que me di cuenta que
únicamente fracaso cuando no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí…hasta
que me di cuenta que de todos modos opinan.
Temía me rechazaran… hasta que entendí
que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor…hasta que aprendí que
éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad…hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte… hasta que aprendí que no es el final…
sino más bien el comienzo.
Temía al odio…hasta que me di cuenta
que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo… hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo…hasta que
comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado… hasta que comprendí que
es sólo mi proyección mental y ya
no puede herirme más.
Temía a la oscuridad… hasta
que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio… hasta que vi que
aún la mariposa más hermosa necesitaba
pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y
si nos sentimos desfallecer
no olvidemos que al final siempre hay algo más.
Hay que vivir plenamente porque la vida pasa pronto….»

*Ernest Hemingway*


SONIDOS PARA TODOS LOS DIAS

«Camina como si estuvieras besando la tierra con tus pies.»

“Bebe tu té lentamente y con reverencia, como si fuera el eje sobre el que gira la Tierra. Bébelo poco a poco, serenamente, sin correr hacia el futuro. Vive el momento presente. Sólo este momento es la vida.»

«Si tocas una cosa con conciencia profunda, tocas todo.»

“La conciencia es como el sol, cuando brilla sobre las cosas, éstas se transforman.”

«Medita hasta que desaparezca cada reproche y cada odio, y la compasión y el amor inunden tu corazón como un pozo de agua fresca.»

«La cantidad de felicidad que tienes en tu vida depende de la cantidad de libertad que tienes en tu corazón.»

«Ojalá el jardín de tu corazón despierte con cientos de flores.»

«Haremos la paz con nuestra capacidad para sonreír, respirar y ser paz.»

«Con tu sonrisa, haces el mundo más bello.»

(Thich Nhat Hanh)


HOY…

H O Y :

Suelto y libero todo apego negativo.
Suelto y libero falsas creencias.
Suelto y libero memorias que me limitan.
Suelto y libero la frustración.
Suelto y libero la idea de complacer a los demás.
Suelto y libero la necesidad de tener la razón.
Suelto y libero la ira.
Suelto y libero el temor a avanzar.
Suelto y libero el estancamiento en todas mis áreas.
Suelto y libero memorias dolorosas.
Suelto y libero la creencia de que existe la enfermedad.
Suelto y libero mi zona de confort.
Suelto y libero el resentimiento.
Suelto y libero el orgullo.
Suelto y libero programaciones heredadas de mis ancestros.
Suelto y libero a mi pasado.
Suelto y libero las preocupaciones.
Confío en mí, se que todo es maravilloso.
Confío en que todo está y estará mejor.
Confío en que tengo salud, abundancia y mucha prosperidad.
Confío en las decisiones de mi ser superior.
Confío en mis propias decisiones.
Confío en mi mism@ y en mi poderoso poder llamado Amor…

Encontrado en la red-


UNA DULCE LECCIÓN DE PACIENCIA

Para reflexionar….Tendrás paciencia para leerlo…?

Cuentan que un taxista de Nueva York llegó a la dirección y tocó el claxon. Después de esperar unos minutos volvió a tocar el claxon. Como esa iba a ser la última carrera de su turno, pensó en marcharse, pero en su lugar, estacionó el automóvil y caminó hacia la puerta y llamó… «Un minuto», respondió una fragil voz de anciana. El taxista oyó algo que se arrastraba a través de la puerta.

Después de una larga pausa, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de unos 90 años estaba de pie ante el taxista. Llevaba un vestido estampado y un sombrero con un pequeño velo, como alguien sacado de las películas de los años 40.

A su lado había una pequeña maleta de nylon. El apartamento parecía que no había sido habitado durante años. Los muebles estaban cubiertos con sábanas.

No había relojes en las paredes, ni utensilio en los mostradores. En el rincón había una caja de cartón llena de fotos y cristalería.

«¿Sería tan amable de llevarme la maleta al coche?», dijo. El taxista llevó la maleta al taxi y regresó para ayudar a la anciana.

Ella se agarró a su brazo y lentamente caminaron hacia la acera.

La anciana no paraba de agradecer la amabilidad del taxista. «No es nada», le dijo «Solo intento tratar a mis clientes del modo en que me gustaría que trataran a mi madre».

«Oh, usted es un buen muchacho», dijo ella. Cuando se metieron en el taxi, ella le dio una dirección y entonces le preguntó al taxista: «¿Le importaría llevarme por el centro?»

«No es el camino más corto», respondió rápidamente el taxista.

«Oh, no me importa», dijo ella, «No tengo ninguna prisa. Voy de camino a un asilo».

El taxista miró por el retrovisor. Los ojos de la anciana brillaban. «No me queda familia ninguna», prosiguió con una suave voz. «El médico dice que no me queda mucho tiempo.» El taxista extendió el brazo lentamente y paró el taxímetro.

«¿Qué ruta quiere que tome?», preguntó.

Durante las siguientes dos horas, dieron vueltas por la ciudad. Ella le enseñó al taxista el edificio donde años atrás había trabajado de ascensorista.

Pasaron por el barrio donde ella y su esposo había vivido de recién casados. La anciana le hizo parar frente a un almacén de muebles que una vez había sido un salón de baile en el que ella había bailado de niña.

Algunas veces, la anciana le pedía que aminorara la marcha enfrente de algún edificio o esquina en concreto y se quedaba mirando fijamente en la oscuridad sin decir nada.

Cuando el primer esbozo de los rayos de sol aparecían por el horizonte, ella dijo de repente: «Estoy cansada. Vámonos ya».

El taxista condujo en silencio hacia la dirección que ella le había dado. Era una edificio bajo, como un pequeño sanatorio, con una camino de entrada que pasaba por debajo de un pórtico.

Dos camilleros salieron tan pronto como paramos. Eran solícitos y resueltos, observando cada movimiento de ella. Debían de haber estado esperándola.

El taxista abrió el maletero y llevó la maletita hasta la puerta. La mujer ya estaba sentada en una silla de ruedas.

«¿Qué le debo?», preguntó buscando en el monedero.

«Nada», dijo el taxista.

«Por favor, tiene que ganarse la vida», respondió ella.

«Hay más clientes», respondió el taxista.

Casi sin pensar, el taxista se inclinó y le dio un abrazo. Ella se abrazó a el fuertemente.

«Usted ha dado a una vieja un pequeño momento de alegría», dijo ella. «Gracias».

El taxista caminó hacia la tenue luz de la mañana… Detrás de él se cerró una puerta. Fue el sonido del cierre de una vida.

El taxista no recogió ningún cliente más en aquel turno. Condujo sin dirección alguna sumido en sus pensamientos. Durante el resto de aquel día, apenas pudo hablar. ¿Qué hubiera ocurrido si a aquella señora le hubiese tocado un taxista furioso o impaciente por terminar el turno? ¿Qué hubiera ocurrido si él se hubiera negado a hacer la carrera o si solo hubiese tocado el claxon una vez y se hubiera marchado?

Entonces pensó que no había hecho nada más importante que aquello en su vida.

Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas giran alrededor de grandes momentos.

Pero los grandes momentos muchas veces nos pillan desprevenidos y por sorpresa, envueltos maravillosamente en lo que otras personas considerarían un momento sin importancia.

Desconozco el autor.
💗💗💗


DEJA IR A LA GENTE QUE NO ESTÁ LISTA PARA AMARTE

Deja ir a la gente que no está lista para amarte.

Esto es lo más difícil que tendrás que hacer en tu vida y también será lo más importante.
Deja de tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar.
Deja de aparecer para las personas que no tienen interés en tu presencia.
Sé que tu instinto es hacer todo lo posible para ganar el aprecio de los que te rodean, pero es un impulso que roba tu tiempo, energía, salud mental y física.
Cuando empiezas a luchar por una vida con alegría, interés y compromiso, no todo el mundo estará listo para seguirte a ese lugar.
Eso no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que debes dejar ir a las personas que no están listas para acompañarte.
Si eres excluido, insultado, olvidado o ignorado por las personas a las que les regalas tu tiempo, no te haces un favor al seguir ofreciéndoles tu energía y tu vida.
La verdad es que no eres para todo el mundo y no todos son para ti.
Esto es lo que hace tan especial cuando encuentras a personas con las que tienes amistad o amor correspondido.
Sabrás lo precioso que es porque has experimentado lo que no lo es.
Hay miles de millones de personas en este planeta y muchas de ellas las vas a encontrar a tu nivel de interés y compromiso.
Tal vez si dejas de aparecer, no te busquen.
Tal vez si dejas de intentarlo, la relación termine.
Tal vez si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanecerá oscuro durante semanas.
Eso no significa que arruinaste la relación, significa que lo único que la sostenía era la energía que solo tú dabas para mantenerla.
Eso no es amor, es apego.
Es dar una oportunidad a quien no lo merece!
Tú mereces mucho más.
Lo más valioso que tienes en tu vida es tu tiempo y energía, ya que ambos son limitados.
A las personas y cosas que le des tu tiempo y energía, definirá tu existencia.
Cuando te das cuenta de esto empiezas a entender por qué estás tan ansioso cuando pasas tiempo con personas, actividades o espacios que no te convienen y no deben estar cerca de ti.
Empezarás a darte cuenta que lo más importante que puedes hacer por ti mismo y por todos los que te rodean, es proteger tu energía más ferozmente que cualquier otra cosa.
Haz de tu vida un refugio seguro, en el que solo se permiten personas “compatibles” contigo.
No eres responsable de salvar a nadie.
No eres responsable de convencerles de mejorar.
No es tu trabajo existir para la gente y darles tu vida!
Te mereces amistades reales, compromisos verdaderos y un amor completo con personas saludables y prósperas.
La decisión de tomar distancia con personas nocivas, te dará el amor, la estima, la felicidad y la protección que te mereces.

Anthony Hopkins