LA MANO QUE DA UNA FLOR
Trátalo bien al de al lado aunque contigo “no encaje”, que si lo ves bien mirado, ¡eres tú “con otro traje”!
Y así, al tratarlo bien
en tu paso por aquí,
de ese modo estás también
¡tratándote bien a ti!
Y es que el otro no es “cualquiera”,
¡es tu hermano en el camino!,
pues los cortó la tijera
del mismo Sastre Divino.
¡Deja que tu corazón
tan solo irradie inocencia,
y servicio y compasión,
cuando estás en su presencia!
Y si piensa mal de ti,
tú reflexiona callado:
“pues… también me quiere a mí…,
aunque aún no lo ha notado…”
Hazte fuerte en esa idea
y créela de verdad,
porque ya sabes: ¡tú creas
tu mundo y tu realidad!
Y entonces, cuando no intentas
cambiar su forma de ser,
su modo de andar a tientas,
o su manera de ver,
le facilitas al otro
hallar su Llama Infinita,
porque contempla en tu rostro
la misma Luz que lo habita.
Y eso ayuda a que avancemos,
tropezón a tropezón,
mientras de a poco entendemos
el cambio de dimensión.
Aunque si hay algo que es claro,
es una especie de norma
que establece sin reparos
que lo que das…, ¡te retorna!
¡Presta atención a este dato!:
como todo está ligado
en el cuántico formato
del Gran Campo Unificado,
cuando quitas de tus modos
el desaire o el desdén,
y los tratas bien a todos,
¡el Campo te trata bien!
Y es que en forma intencionada,
(como un boomerang de amor),
siempre deja perfumada
la mano… que da una flor.
- 💖💖💖
Jorge Oyhanarte.